La expulsión de Julen desintegró al Athletic

ATHLETIC/EN EL DESCUENTO

“Tarjeta roja y se acabó”, es lo que pareció gritar el subconsciente de cada uno de los leones ante el Sevilla

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La expulsión de Agirrezabala pasó factura al Athletic frente al Sevilla

Miguel Tona / EFE

Pudo ser la cuarta victoria consecutiva en Liga. Estuvo al alcance de la mano, hasta que Soto Grande expulsó a Julen con rigurosidad extrema. Luego, el Athletic desapareció y no quiso el balón. La mala suerte hizo el resto. El Sevilla, con solo Lukébakio y Ejuke, mereció el punto.

“Campana y se acabó”, gritaban los ‘supertacañones’ en aquel “Un, dos, tres, responda otra vez”, de los setenta, para dar por terminado el turno de una de las parejas de concursantes tras cometer un error. “Tarjeta roja y se acabó”, es lo que pareció gritar el subconsciente de cada uno de los leones ante el Sevilla cuando contemplaron al árbitro expulsar a Agirrezabala tras un error infantil del meta.

El Athletic se desintegró con uno menos. Desapareció. Al equipo se le fundieron los plomos de manera incomprensible. Se olvidaron de jugar. El grupo al completo solo quería que acabara el choque, como dando por imposible cualquier reacción. Y quedaban diez minutos.

El balón les sobraba. Y no fue algo físico, no. Ni desgaste de Roma ni flautas. Fue mental. Cuando el Sevilla empató de carambola, ante la atenta mirada de pez de Lekue, que dejó pasar a Ejuke, resulta que los rojiblancos se echaron arriba y contragolpearon con peligro. Vaya, vaya.

En la pizarra, la plantilla deberá escribir mil veces que una roja no equivale a tirar el partido. De hecho, si es el rival el que se queda con uno menos, no recuerdo haber asistido a muchas florituras rojiblancas. Asignatura pendiente.

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