Ahí está Edison Cavani. Ahí está el uruguayo jugando también como estrella que es. Después de una larga sequía, se había reencontrado con el gol. Sin embargo, le restaba imponer su jerarquía en un Superclásico. Y en Córdoba, lo hizo.
Ese centro exacto de Kevin Zenón merecía un cierre a lo Cavani, un cabezazo de pique al piso para dejar sin chances a Franco Armani. Fue el segundo de Boca. Después Edison también exhibió su clase para dejarla correr y quedar mano a mano con el arquero de River, que le achicó rápido y le tapó el remate, pero igual esa acción resultó desequilibrante porque el rebote lo aprovechó Miguel Merentiel para establecer el tercer festejo xeneize.
Cavani dejó el campo de juego del Mario Kempes cruzando arengas y gritos cómplices con los hinchas de Boca, con los puños apretados. “Tenía el deseo de venir a jugar acá. Jugar con nuestra gente y también con la gente del otro equipo le da un sabor especial. Por eso estoy feliz”, dijo el ex PSG, Manchester United, Valencia, Napoli, entre otros clubes.
Después, el uruguayo analizó: “Sufrimos por momentos. Por ahí no encontramos la pelota en el primer tiempo y los espacios se hacían muy grandes. Pero nadie tiró la toalla. El gol del empate fue clave porque nos permitió salir con todo al segundo tiempo”.
Cerró Cavani: “Ganamos jugando al fútbol. A veces se dice que en Boca eso queda en un segundo plano, pero hoy jugamos metiendo y ganamos jugando al fútbol”.