El Manchester United sigue hundiéndose en la tabla tras caer ante el West Ham de Lopetegui, que coge oxígeno con este importante triunfo. El duelo tuvo dos partes muy diferenciadas. Una primera en la que el United pudo golear, pero perdonó y luego lo acabó pagando. En la segunda fue superior el West Ham, que hizo mucho daño por los costados y encontró premio en el 91' desde los once metros con un penalti muy discutido de De Ligt sobre Ings. Tras 9 jornadas el United es decimocuarto con solo 11 puntos de 27 posibles.
Salieron al verde repletos de dudas los hammers, mientras que todo lo contrario sucedió con el United que trató de aprovechar la fragilidad atrás de los londinenses desde el primer segundo. Ni la suplencia de Todibo ni el resto de cambios en el once aportaron seguridad al equipo de Lopetegui, que vivió toda la primera parte a merced de lo que hacían los red devils.
Fabianski se hizo enorme
Una de las grandes novedades en el once del técnico español fue la aparición en portería del veterano Fabianski (39) en lugar de Areola. Una apuesta que le salió bien, puesto que fue uno de los dos motivos de que el United no se fuera al descanso ganando por un gol o más. La otra razón fue la mala puntería. Dos largueros, un cabezazo a bocajarro de Casemiro que desactivó el portero polaco, otro de Bruno que se perdió por encima del larguero, dos ocasiones claras de Garnacho y un tiro a portería vacía de Dalot no fueron suficiente para que el United marcara. Una falta de acierto que les viene acompañando durante toda la campaña.
Especialmente llamativo fue el fallo de Dalot, que salvó la salida de Fabianski con un sombrerito y ya dentro del área, con todo a favor, la tiró por encima del larguero. Ten Hag no daba crédito.
Triple cambio al descanso
Se había salvado de milagro el equipo de Lopetegui, quien decidió salir del intervalo con tres jugadores nuevos. Entraron Todibo, Soucek y Summerville. Los tres cambiaron el partido. El francés dio seguridad atrás, el checo claridad y firmeza en el centro del campo, y Summerville vértigo en ataque.
Pasó de ser un asedio del United a que la presión alta de los hammers no les dejara ni pasar del centro del campo. Con dos-tres pases se plantaban en las inmediaciones de Onana, que además de llevarse un fuerte golpe en la cabeza vio como el trabajo se le multiplicaba. No habían ocasiones claras, pero sí mucho centro lateral y balones que paseaban por su área.
De una perdida en campo propio de Garnacho nació una jugada coral culminada en el segundo palo por Summerville. Su primer gol con su nuevo equipo (73'). Hizo gestos de reivindicación por su falta de minutos hasta ahora. Seguro que tras sus carreras por banda y su tanto cambiará la situación.
Casemiro, al rescate
Necesitó el United un golpetazo en el mentón de los que te deja tocado para sacar el orgullo y reaccionar. Acto seguido del gol se echó arriba con todo. La falta de fútbol que le acompaña durante toda la campaña no desaparece de la nada, pero la intensidad y poner corazón es lo mínimo. Encontró el empate gracias a un centro medido que peinó Zirkzee y cabeceó desde muy cerca el ex madridista Casemiro (81').
Un penalti decidió el partido
El United quería la victoria, pero el West Ham que en la primera parte había sido superado, no quería echarse atrás. En un centro lateral tras varios rebotes en el área el central De Ligt cometió un discutido penalti que se revisó en el VAR durante varios minutos. Golpeó el holandés en la pierna a Ings, que previamente podría haber tocado un poco la pelota con las manos. Bowen se encargó de ejecutar pegando el balón al palo, haciendo inútil la estirada de Onana, que había acertado (90+2').





