La Semana Santa es, sin lugar a dudas, una de las festividades más significativas en España. Más allá de ser un periodo vacacional, este evento se caracteriza por su profunda raíz religiosa y cultural. Con actos que van desde las procesiones hasta las tradiciones culinarias, la Semana Santa combina devoción, historia y sabor de manera única.
Uno de los aspectos más destacados de esta celebración es la vigilia, una práctica ancestral que invita a los fieles a abstenerse de comer carne durante la Cuaresma, el tiempo litúrgico de preparación para la Pascua. La vigilia es un acto de sacrificio y reflexión que remonta sus orígenes al siglo II, cuando la Iglesia comenzó a llamar a sus fieles a ayunar y a abstenerse de consumir carne durante un periodo de 40 días.

¿Por qué no se puede comer carne en Semana Santa? Origen y razones de la prohibición
Esta práctica tiene un fuerte componente simbólico, pues rememora el ayuno de Jesucristo en el desierto antes de iniciar su misión pública, como relatan las Sagradas Escrituras. A través de este ejercicio de renuncia, los creyentes se preparan espiritualmente para la Semana Santa y la Pascua, buscando una purificación tanto física como emocional.
A pesar de que la vigilia se mantiene viva en la tradición cristiana, con el paso de los siglos ha evolucionado. Actualmente, el ayuno sigue siendo obligatorio para los mayores de 18 años durante los días del Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. Por su parte, la abstinencia de carne se limita a los viernes durante la Cuaresma. De este modo, los católicos viven un proceso de reflexión y preparación que abarca tanto lo material como lo espiritual.

¿Por qué no se puede comer carne en Semana Santa? Origen y razones de la prohibición
La Cuaresma comienza el Miércoles de Ceniza, que este año fue el 14 de febrero, y culmina en la celebración del Jueves Santo. Durante estos días, la Iglesia Católica marca como de vigilia los siguientes días: el Miércoles de Ceniza, todos los viernes de Cuaresma y el Viernes Santo. Este período se convierte en un tiempo de introspección y sacrificio, donde la práctica del ayuno tiene un significado muy especial, ya que va más allá de la simple privación de alimento. La Cuaresma es vista como una oportunidad para que los creyentes se acerquen a lo esencial.