El Bayern de Múnich se ha propuesto ir rejuveneciendo poco a poco la plantilla con la incorporación de jóvenes jugadores que puedan aportar tanto en el presente como en el futuro. Fue el caso de Olise a principio de temporada, de Bryan Zaragoza -cedido en Osasuna- o de Urbig. Una política de fichajes que seguirá en verano. Y para que unos entren, otros deben ir dejando paso.
Es imposible entender las últimas dos décadas del club sin la figura de Thomas Muller, el veterano atacante de 35 años que lleva desde 2008 en el primer equipo. Sin embargo, según publican varios medios alemanes está disputando sus últimos partidos con el club de su vida ya que finaliza contrato en junio y no le ofrecerán la renovación. Por razones deportivas -es suplente habitual- y también financieras.
Despedida a la altura y palmarés envidiable
El gigante alemán le habría garantizado una despedida a la altura de todo lo que sido para el club. Goles, asistencias, garra, intensidad y un capitán con y sin brazalete. Desde su debut en 2008 bajo las órdenes de Jürgen Klinsmann, el atacante se fue convirtiendo en un emblema del Bayern, ganando dos Champions y doce Bundesligas (más que ningún jugador). Más de 230 goles después con una sola camiseta su última aventura futbolística podría estar en la MLS o una liga exótica, aunque tampoco se descarta su retirada.