La eliminación del Real Madrid a manos del Arsenal en los cuartos de final de la Champions ha dejado un río de críticas en La Castellana. Y el principal objetivo de las mismas, ya antes incluso de la eliminación, era Carlo Ancelotti, cuyos 'pecados' no han sido perdonados por la afición madridista.
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De hecho, el italiano tiene ahora mismo un pie y medio fuera del banquillo blanco aunque su futuro, eso sí, se puede encauzar con las competiciones en las que queda vivo: Liga, Copa y Mundial de Clubes. Aún así, está tocado y la afición quiere un cambio.
Y lo quiere porque no entiende algunas de las decisiones del italiano con jugadores como Lucas Vázquez, Endrick o Güler, a los que la afición demanda menos sobre el campo, en el caso del canterano, y más en el de los jóvenes. Su gestión respecto a este tema ha sido un debate constante durante la temporada y eso ha ido desgastando la figura de Carletto.
También su estilo de juego, inexistente cuando Ceballos, el único capacitado para algo de sentido al balón, se lesionó en Copa durante el mes de febrero. Desde entonces el equipo ha jugado sin una idea clara y se ha sostenido, las veces que lo ha hecho, por la pegada de sus atacantes. De hecho, en el duelo ante el Arsenal se pudo ver que el equipo no tenía ideas más allá de los centros laterales que nadie podía rematar dentro del área. Le faltó profundidad, conexión y cohesión, algo que, visto lo visto, Ancelotti ya no puede ofrecer al equipo.
Así pues, la derrota deja ya sus primeras 'victimas' y la que más tocada queda, como siempre ocurre, es la figura del entrenador al que todavía le queda todavía un año de contrato pero que todo apunta a que no cumplirá.