El 2x1 de Flick que cambió al Barça

FC BARCELONA

Con sólo un cambio en el descanso (De Jong por Araujo) mejoró dos demarcaciones en un día que lo requería y sorprendió a Borja Jiménez, que en el 0-1 del Leganés en Montjuïc se le había anticipado en la toma de decisiones

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Hansi Flick, antes del Leganés-Barça en el estadio municipal de Butarque

José Antonio García Sirvent / MD

'El Arte de la Guerra', manual militar chino del siglo V antes de Cristo que se atribuye a Sun Tzu, es una obra que leen más entrenadores de los que lo reconocen porque la mayoría de estrategias y conceptos del campo de batalla se puede trasladar al campo de fútbol por antibelicista que sea uno, por ejemplo, todo lo que hace referencia al respeto al enemigo por pequeño que parezca. Sólo Hansi Flick sabe si ha consultado alguna vez la versión alemana de una obra tan popular, pero lo parece porque la evolución del Barça en este 2025 extraordinario en el que permanece invicto, peleando por todos los títulos, no sólo es de los jugadores. Aunque el entrenador azulgrana impactó de forma positiva en todos desde su llegada al club el pasado verano, también ha progresado en la toma de decisiones y lo demostró en Leganés frente a un técnico modesto de la 'otra Liga', la de la lucha por la permanencia, Borja Jiménez, a quien el alemán trató como a un grande.

El crecimiento de Flick es evidente, especialmente tras aquel bache de resultados en noviembre y diciembre. Sutilmente ha ido cambiando algunas ideas a medida que conocía más en profundidad a su propia plantilla y ha desarrollado un instinto para superar a los rivales de una Liga que no deja de repetir que cada día le sorprende más por su nivel competitivo. Quizás desde Alemania veía el pulso habitual de Barça y Real Madrid con muchos puntos de ventaja sobre sus perseguidores y creía que ganaban fácil a contrincantes con poco potencial deportivo y económico. Pero una vez aquí aprendió que hay una riqueza táctica, en unos casos más conservadora que en otros, que obliga a anticiparse al entrenador del otro banquillo. Y eso es lo que hizo en Leganés con Borja Jiménez posiblemente porque en la primera vuelta, el día del 0-1 en Montjuïc, tardó en reaccionar a la apuesta y a los movimientos del técnico del equipo madrileño. Lo de que no hay enemigo pequeño ya dejó la categoría de tópico hace lustros.

En Butarque, con el partido peligrosamente atascado y viendo que el Leganés comenzaba a sentirse fuerte en las transiciones, Flick hizo un 2x1 en el descanso que cambió la dinámica del juego: dos posiciones mejoradas con un único cambio. Sentó a Ronald Araujo en un partido que requería una salida más limpia de balón desde el centro de la zaga, retrasó a Eric Garcia porque sí tiene esa cualidad a costa de perder algo de contundencia y dio entrada a De Jong porque en la media era necesario un centrocampista con capacidad para romper líneas de presión con conducciones y con una visión más periférica del juego. Casualidad o no, el nuevo posicionamiento colectivo ayudó a Gerard Martín a ser valiente en una anticipación que propició el pase de Raphinha y el gol en propia puerta de Jorge Sáenz que decidió el encuentro.

Borja Jiménez no percibió que algo se había modificado y hasta el minuto 59 no comenzó a alterar con cambios su plan inicial, pero ya con 0-1, habiendo perdido unos minutos preciosos y a contracorriente. La situación contrastó con la del pasado 15 de diciembre, cuando Flick, pese al 0-1 del Leganés en el minuto 4, no hizo cambios en busca de una reacción hasta el minuto 66. Y tampoco fueron para sorprender tácticamente por su condición de prvisibles: mediapunta por mediapunta (entró Fermín y se fue Olmo) y ariete por ariete (Ferran por Lewandowski). Lo curioso es que ese día Borja sí había tomado la iniciativa con dos cambios en el 58' que fortalecieron su sistema defensivo, especialmente el de un defensa, Nastasic, por un delantero, Munir.

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Ya en el Metropolitano, en la segunda parte de la vuelta de la semifinal de la Copa del Rey (0-1), Flick demostró que había aprendido la lección tanto de la ida, cuando el Atlético le empató 4-4 en los últimos minutos un partido que el Barça ganaba 4-2, como de lo sucedido en aquel último partido de 2024. El equipo colchonero ganó 1-2 en Montjuïc en la primera vuelta de la Liga pese a la superioridad del Barça en aquel partido que el propio Flick señaló el sábado como punto de partida del gran momento actual.

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