Lamine, Gavi y Héctor Fort no se lo perdieron. El sábado dieron un golpe de campeón ante el Celta en Montjuïc remontando un 1-3 y marcando cuatro goles con sabor de Liga y presenciaron en directo otro póker blaugrana ante el Chelsea (4-1) en la ida de las semifinales de la Champions. Da la sensación de que no hay freno en el masculino y en el femenino. Este Barça parece depredador cuando se siente herido, como fue ante el Celta y cuando el equipo inglés se puso 2-1 en el Johan. Las jugadoras blaugrana protagonizaron un final explosivo con una Claudia Pina estelar, máxima goleadora de la Champions, tras un gol psicológico a balón parado de Irene Paredes. La doble A (Alexia-Aitana) volvió a funcionar para dejar prácticamente sentenciada la eliminatoria y encarar la que puede ser la quinta final consecutiva de Champions de un equipo mítico. El hecho de que jugadores de la cantera fueran a ver el encuentro no es menor e indica un tono de compromiso que explica perfectamente el estado de gracia de este Barça sin freno.
Holger Rune, 21 años, se impuso en la gran final del Godó a un buen Alcaraz, de la misma edad, en un partido que se decidió al final del primer set, llevándose el triunfo el danés en el tie-break lo que le otorgó una ventaja psicológica potente sobre un Alcaraz que debió visitar al fisio por molestias musculares. Rune ganó por juego, no por lesión de su oponente en un sensacional torneo que en algún momento deberá afrontar la ampliación porque ha conseguido ser un referente deportivo y un éxito de público en una semana que parecía difícil, coincidiendo con vacaciones y anuncio de mal tiempo.
Un gol en el minuto 92 de Valverde permitió al Real Madrid seguir conectado en LaLiga después de un partido muy sólido defensivamente del Athletic en el Bernabéu. Cuando parecía que el encuentro acabaría con un empate a cero, un zambombazo del jugador uruguayo se coló en la portería de un acertado Unai Simón y mantuvo las aspiraciones de un Madrid que vio como Vinicius quiso hacer olvidar a Mbappé.