Hace un tiempo nada le salía. Hoy todo le sale. Se trata de Edinson Cavani. Ahora sí el uruguayo disfruta en Boca. Ahora sí Boca disfruta a ese delantero diferente. Van 10 gritos en los últimos 11 partidos. Y algunas celebraciones valen mucho. Como las de semanas anteriores en los clásicos contra River, San Lorenzo y Racing. Como la del triunfo ante Godoy Cruz. Y como la de anoche, en Asunción de Paraguay.
Ahí, en el estadio La Olla, el ultra modesto Sportivo Trinidense se aferraba al 1-1. Sin embargo, cuando parecía que el empate era inalterable, en el minuto 92, apareció Cavani para inventar una fabulosa ejecución de tiro libre, que colocó en una escuadra. Fue el gol de una victoria que reacomoda a Boca en el Grupo D de la Copa Sudamericana.
Les costó a los xeneizes. De hecho, sobre el cierre del primer tiempo, en una distracción de los dos marcadores centrales, sufrieron el mazazo del gol paraguayo, porque Brian Andrada (ex Gimnasia de Mendoza y San Martín de Tucumán, del ascenso argentino) corrió en solitario y definió con calma máxima.
La historia tuvo un giro fundamental en el inicio del segundo período. Es que primero Trinidense no hizo el segundo porque Sergio Romero tapó un mano a mano. Y ahí nomás, en una acción irrelevante, Brian Andrada, que había sido amonestado por sacarse la camiseta en la celebración de su gol, resultó expulsado por segunda amarilla tras un agarrón sin sentido a un rival.
Lema y Figal, ambos de Boca, en un lance del partido ante Trinidense
Fueron dos situaciones casi encadenadas, un guiño del destino. Porque Boca pasó de un probable 0-2 que le hubiera sido muy difícil revertir a seguir 0-1 pero con un hombre más. Y esa ventaja la aprovechó. No se le hizo fácil, claro. Las imprecisiones propias a veces lo frenaban. Pero lo empató con un lindo cabezazo de Jorge Figal. Y después lo ganó con esa maravilla de Cavani, quien juega como para darle la razón a Marcelo Bielsa y su decisión de incluirlo en la prelista de 35 jugadores de Uruguay para la próxima Copa América.
Tras ser eliminado en semifinales de la Copa de la Liga y haber sido goleado por Fortaleza en la Sudamericana, Boca no podía darse el lujo de sumar otro tropiezo continental. Caminó al borde del abismo, pero no perdió el equilibrio. Y sonrió. Encima en el otro partido del grupo sorpresivamente el puntero Fortaleza cayó 1-4 en su visita a Bolivia, a la altura de Potosí, contra Nacional.
Ahora Boca depende de Boca. Se encuentra segundo con 7 puntos en el Grupo D, detrás de los brasileños que lideran con 9. Mientras que Nacional suma 4 y Trinidense 3. En la Sudamericana clasifican a octavos los primeros de cada zona, mientras que los segundos juegan un repechaje con los terceros de los grupos de la Libertadores. Los xeneizes cuentan con dos partidos por delante, ambos de local. Deberán ganarle a Fortaleza y a Nacional para pasar sin sacar cuentas. Con Cavani así, todo es posible.