Nació en Irún en 1979 y desde pequeño estuvo ligado a una pelota. Sergio Francisco, nuevo entrenador de la Real Sociedad, es un auténtico estudioso del juego y un potenciador de sus equipos, a los que siempre trata de manera exquisita. Correcto en el trato y formador por antonomasia, el irundarra ha crecido de manera progresiva en un contexto en el que se ha visto arropado por sus equipos. Pero nadie le ha regalado nada y ha tenido que escalar paso a paso hasta llegar ahora a la cima del fútbol guipuzcoano y a uno de los banquillos más importantes del panorama futbolístico nacional.

SERGIO FRANCISCO REAL SOCIEDAD FUTBOL
Como futbolista tenía patrones de lo que es hoy como entrenador. Francisco fue una promesa de la cantera txuri urdin a finales de los 90. Bernd Krauss se fijó en él y le premió con un debut frente al Atlético de Madrid en el Calderón en aquel partido de Copa en el que los txuri urdin a punto estuvieron de remontar el 1-2 de la ida en Anoeta. Estuvo a caballo entre el filial y el primer equipo hasta que en 2001, también motivado por las lesiones, tuvo que cambiar de aires. Desde entonces compitió en Segunda B en equipos como el Lorca, el Zamora o el Nástic. Pero donde más disfrutó fue en su Real Unión natal.
De la elección de Imanol Idiakez a la Real Sociedad
Tras su retirada en el año 2012 recibió la llamada de Imanol Idiakez, que fue la primera persona que confió en su talento desde la barrera. Y acertó. Juntos trabajaron un año, hasta que el donostiarra abandonó el banquillo del Real Unión para viajar hasta Toledo. Francisco se quedó en casa, pero solamente duró otra temporada. Había recibido la llamada de su Real Sociedad para entrenar al Easo, segundo juvenil del conjunto txuri urdin. Ahí hizo tándem con Mikel Labaka, que, casualidades de la vida, es el segundo entrenador de Imanol Alguacil. Ya habían coincidido como futbolistas ambos en el Real Unión.
Desde entonces, fue creciendo de manera interna hasta llegar a la Real Sociedad C en 2017. El técnico realizó un gran trabajo de formación y por sus manos han pasado grandes nombres que actualmente juegan en el fútbol de élite. En apenas cuatro años consiguió el ascenso del segundo filial txuri urdin a Segunda RFEF, algo que parecía impensable pero que era, sin lugar a dudas, un paso clave para la disciplina donostiarra.
Tras un año en la cuarta categoría del fútbol español y después de que el filial descendiera a Primera RFEF y Xabi Alonso volara fuera de España, la dirección deportiva le dio un cargo importante pero totalmente merecido a un talentoso entrenador que había elevado las prestaciones de la práctica totalidad de los futbolistas que pasaron por sus manos.

Sergio Francisco en Zubieta, dirigiendo a la Real C
El resto es historia. Francisco ha ido creciendo de la mano del filial de la Real Sociedad. Los primeros años no fueron fáciles, pero su capacidad para entender al futbolista y para darle las herramientas adecuadas hicieron de él un superviviente de este fútbol. Lo cierto es que el Sanse ha crecido de manera desmesurada en los últimos tiempos. Ha vuelto a competir por todo -entre otras cosas por volver a Segunda División- y se ha posicionado como uno de los mejores filiales de España, superando con creces a los segundos equipos de los dos grandes.
Ahora, recibe la oportunidad en uno de los puestos más complicados del fútbol nacional. Trabajo y esfuerzo no faltarán. Tampoco la sonrisa ni la intensidad entre semana. Francisco seguirá cuidando el talento del futbolista y continuará haciendo crecer a los jugadores enseñados en Zubieta. Una opción continuista que, a buen seguro, supone una nota positiva para el club y su estrategia de crecimiento.