El final más feliz para Dani Olmo y Pau Víctor

CONTRACRÓNICA

La conjura antes de viajar sirvió para ganar y dedicar el título a los dos compañeros ya inscritos

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Dani Olmo ganó su primer título como jugador del Barça

Alberto Estevez / EFE

Tras caer contra el Atlético de Madrid antes de acabar el año a pesar de un gran partido, el Barça se conjuró para ganar la Supercopa de España. Un título que ganó más importancia cuando Dani Olmo y Pau Víctor quedaron sin inscripción en Año Nuevo. Desde entonces, viendo cómo sufrían sus compañeros, el vestuario blaugrana se unió más si cabe. Si ya había ganas de ganar la Supercopa, tenían un motivo más: dedicar el trofeo a sus dos compañeros.

El Madrid llegaba crecido por su buena dinámica. Ya era líder de LaLiga y parecía que quedaba muy lejos el 0-4 en el Bernabéu que le endosó el Barça en octubre. Más todavía cuando Courtois, con dos paradas sensacionales, y Mbappé con un gol a la contra, dieron ventaja a los blancos en Jeddah. Pero el Barça se encargó de que volvieran los fantasmas. Lamine Yamal, con el look de Neymar, recordó a Messi en el tanto inicial y los azulgrana solo necesitaron una parte para marcarle otros cuatro al Madrid. Tras el descanso, el Barça marcó el quinto y cuando los blaugrana suspiraban por una goleada histórica con el Madrid entregado, Szczesny fue expulsado y levantó a los blancos. Falta sobre Mbappé en la frontal, que aprovechó Rodrygo para superar a Iñaki Peña, que entró frío, sin calentar.

El Barça resistió y el marcador ya no se movió. Ayudó la benevolencia de Gil Manzano, que perdonó la expulsión a Camavinga y a Vinicius. Con uno menos durante más de media hora, el Barça sumó la novena manita al Real Madrid en toda su historia, además de tres Clásicos más en los que superó los cinco tantos contra el eterno rival.

El primer título de Olmo con el Barça

El primer título de Olmo con el Barça

FCB

El Barça se alzó con la Supercopa, su primer título del curso. El equipo de Flick reafirmó su buen juego y la superioridad sobre el eterno rival y confirmó también la recuperación del equipo tras un noviembre y diciembre que se le hicieron largos. Además, evitó el pleno de títulos del Madrid y el hipotético e inaudito siete de siete (ahora que se jugará por primera vez el Mundial de Clubs).

La fiesta se celebró en el césped por todo lo alto. Sus compañeros empujaron a Olmo, que jugó la segunda parte, y el egarense respondió besándose el escudo ante la afición culé en Arabia mientras el estadio quedaba alumbrado por un espectáculo pirotécnico de fuegos artificiales.

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El Barcelona también se llevó los premios individuales, con Raphinha como MVP, y posteriormente, con el brasileño y Lamine ya con las gafas de sol puestas, hicieron el pasillo deportivamente al Real Madrid antes que Ter Stegen, que bajó al césped con su camiseta como el resto de jugadores que no entraron en la convocatoria, levantara su primer título como capitán del Barça. La plantilla cumplió, ya con Olmo y Víctor inscritos y el egarense sobre el campo. Es un chute de confianza para abordar todo lo que viene

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