Las hazañas de Remy Morton sobre dos ruedas le han ganado un estatus casi mítico en el mundo de las bicicletas de montaña.
Aficionado desde los 3 años, con 15 ya era un increíble corredor de descenso. Un accidente a los 19 le dejó en coma durante un mes, con el cuello roto, un juego completo de costillas rotas. Esternón, hombro, clavícula, cadera: todos rotos o dislocados. El recuento oficial de sus heridas ascendió a 20 huesos rotos, dos pulmones colapsados y un par de riñones rotos. Los médicos dijeron que sus heridas coincidían con las de alguien que se había caído de un edificio de tres pisos. Se recuperó. El accidente pasó en julio 2017 y ese diciembre ya volvía a subirse a la bicicleta.
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